Los ataques contra zonas agresivas están desarrollados para enfrentarse a las defensas zonales presionantes en medio campo. Estas actúan antes de que el balón haya cruzado la línea de medio campo. Como analizamos en el capítulo anterior, estas defensas suelen ser la 1-2-2 press y la 1-3-1 press.
Lo mejor que podemos hacer contra este tipo de defensas es no dejar que se formen. Por esta razón el mejor ataque es el contraataque.
Pero en muchas ocasiones, cuando el equipo atacante sube el balón, la defensa está formada y organizada. En este caso, se necesitará de un plan para atacarla. Cualquiera de los ataques contra zonas agresivas que elijamos deben basarse en unos principios básicos, como por ejemplo:
1. Reconocer el tipo de presión. Generalmente suelen ser defensas zonales con frente impar como la zona 1-3-1 press y la zona 1-2-2 press.
2. El equipo se posicionará de la manera adecuada para atacarla, manteniendo unos buenos espacios. Dos atacantes, los mejores manejadores del balón, serán los encargados de subir el balón jugando un frente “par” contra el defensor de punta. Otros dos atacantes se situarán detrás de los primeros defensores encargados del trap. Mientras un quinto atacante permanecerá en el fondo.
3. Los dos atacantes que suben el balón deben tener tres ideas muy claras:
1) No cruzar la línea de medio campo botando. Es justo lo que espera la defensa que hagamos para realizar un 2×1.
2) Si antes de entrar en medio campo ven que se está preparando el trap, cambiar el balón de lado antes de que se produzca.
3) Usar tres opciones de pase: pase vertical, diagonal al centro (la mejor opción) y horizontal cambiando el balón de lado.
4. Pasar el balón al centro del campo. Si logramos llevar el balón al corazón de la defensa, la presión está rota. Tras el pase al centro, cambiar el balón de lado y atacar la canasta.
5. Atacar la presión para anotar, salvo que queramos controlar el ritmo del partido.