Cuando hablamos del rebote ofensivo enmarcado en los fundamentos ofensivos individuales, analizamos todos los detalles que intervienen en el mismo como la importancia de ganar la posición interior, de la anticipación, del conocimiento de dónde suele caer el balón tras impactar con el aro, la manera de capturar el balón, etc.
En un partido de baloncesto en edades de formación, el número de fallos en el tiro suele ser muy elevado por lo que se van a dar muchas oportunidades para luchar por el rebote de ataque. Este concepto es muy poco tenido en cuenta y por tanto poco enseñado y trabajado cuando es realmente importante en el juego.
Como equipo tenemos que valorar el rebote ofensivo como una parte muy importante del ataque. Podemos afirmar que un equipo posee un excelente ataque cuando realiza un trabajo colectivo que le lleva conseguir un tiro de alto porcentaje tras una buena selección de tiro, y es capaz de organizarse para trabajar en la captura del rebote ofensivo.
Aunque en el momento del tiro la defensa tiene una ventaja inicial al poseer la posición interior, el ataque tiene que beneficiarse del conocimiento de saber el tiro que se va a hacer y el momento en que se va a realizar teniendo la ventaja de la anticipación para ganar la posición interior antes de que el balón esté saliendo de las manos del tirador.
Importancia del rebote ofensivo de equipo en el baloncesto
Un equipo que trabaja mucho el rebote ofensivo y consigue muchos rechaces, va a tener mucha influencia en el juego.
1. Dificulta el contraataque del adversario. Si se consigue el rebote, evidentemente el equipo contrario no podrá correr. Pero incluso sin cogerlo, solamente peleando, tocando el balón, desviándolo, se estará dificultando el contraataque del rival.
2. Ayuda a controlar el partido. En la mayoría de los casos, quien que controla los tableros, controla el partido.
3. Destroza mentalmente al adversario, generando frustración en la defensa por la pérdida del balón y por tener que volver a defender.
4. Consigue una segunda oportunidad de tirar dentro de un mismo ataque o una nueva oportunidad de atacar. Además, éstos segundos tiros suelen ser realizados cerca de la canasta por lo que son lanzamientos de alto porcentaje que incluso pueden conseguirse con contactos y faltas que proporcionan situaciones de canasta y tiro adicional.
5. Puede salvar a un equipo en aquellos días en que parece que no se mete nada y se consiguen porcentajes de tiro muy bajos.
6. En general, proporciona confianza a los tiradores de 3 puntos, especialmente en aquellos equipos que corren muchas veces el contraataque y lanzan en carrera. Saben que aunque fallen, tienen serias opciones de capturar el rebote ofensivo.
7. Es un arma clave en el ataque contra defensas zonales las cuales no tienen responsabilidades individuales a la hora de cerrar el rebote.
Rebote ofensivo de equipo tras un tiro de campo en el baloncesto
Como acabamos de ver, el rebote de ataque tiene que ser una parte fundamental del ataque de un equipo. Como en la mayoría de los casos, el entrenador puede defender esta idea de palabra pero lo realmente importante es que lo refute con sus actos, trabajándolo a diario.
El entrenador tiene que enseñar y exponer a sus jugadores que en el baloncesto no se va a anotar cada vez que se tire y que por tanto se van a dar muchas ocasiones para rebotear. Expuesto esto, la responsabilidad del entrenador es doble:
1. Crear la mentalidad en el colectivo de que cada tiro se fallará y que por tanto pelearemos cada rechace como si fuera el decisivo yendo el 100% de las veces al rebote ofensivo. Es curioso pero los grandes reboteadores ofensivos que ha habido han tenido una cosa en común: han ido cada vez que se ha producido un tiro.
2. Organizar el rebote ofensivo. Un buen equipo tiene que tener muy bien organizado todo lo que va a hacer desde el momento que se lanza a canasta: el número de jugadores que van a luchar por el rebote ofensivo y los que van a encargarse del balance defensivo.
Esta organización estará basada, principalmente, en la edad de nuestros jóvenes, en sus características y en la filosofía que quiera imponer el entrenador. Veamos algunos ejemplos.
1) Según la edad de los jugadores:
A. En las primeras etapas de la formación, donde no debería haber posiciones definidas de juego, se enseñaría a todos la importancia de ir al rebote de ataque incentivando que todos participen en el mismo.
B. En etapas más avanzadas, donde se hayan definido esas posiciones (bases, aleros y pívots), se organizaría el rebote de ataque de una manera más específica tomando decisiones acerca de quiénes van a ir y quiénes no.
2) Según sus características:
1. Si tenemos un equipo alto y con habilidad para coger rebotes, podemos mandar hasta 4 y 5 jugadores.
2. Si tenemos un equipo muy bajo y con pocas habilidades para rebotear, podemos enviar uno sólo o ninguno, poniendo mucho más énfasis en la selección del tiro y en la posición de los jugadores para organizar una presión en todo el campo que dificulte la subida del balón.
3) Según la estructura del equipo:
1. Si tenemos una estructura de 3 jugadores de perímetro y 2 interiores, podemos enviar a los dos interiores y al alero más reboteador, mientras enviamos dos al balance defensivo.
2. Si tenemos una estructura con 4 jugadores de perímetro y 1 interior, podemos enviar al interior, mandando 4 al balance defensivo.
4) Según la filosofía del entrenador. Generalmente la mayoría de ellas buscan formar un triángulo de rebote. Las maneras más habituales de organizar el rebote ofensivo son las siguientes:
1) Enviar a los dos jugadores más grandes y que juegan cerca de la canasta junto al alero más reboteador (el 3 en el gráfico de la izquierda). Habitual en estructuras con tres jugadores abiertos y dos interiores, y con dos perimetrales y tres interiores.
2) Mandar a los dos jugadores más grandes y que juegan cerca de la canasta junto al jugador perimetral situado en el lado débil (2 en el gráfico del centro). Habitual en estructuras con tres jugadores abiertos y dos interiores.
3) Enviar a un jugador grande junto a dos jugadores perimetrales situados en el lado débil (3 y 4 en el gráfico de la derecha). Es más habitual en estructuras de 4 jugadores abiertos y 1 dentro.
De todos modos, hay determinadas ocasiones como cuando se encara un partido importante, en las que se pueden tener en cuenta las características del equipo contrario. Hay entrenadores que se mantienen firmes a su filosofía y a sus normas sin importarle lo que haga el rival. Otros en cambio, pueden cambiar su manera de organizar el rebote y adaptarse a lo que hace el contrario. Veamos algunos ejemplos de los que tienen en cuenta al rival:
1. En el caso de que el equipo adversario domine el rebote defensivo y sean muy agresivos corriendo el contraataque pueden enviar solamente a 2 jugadores al rebote de ataque, e incluso a 1, mientras manda al resto a defender la canasta.
2. Si al equipo rival le cuesta mucho coger el rebote defensivo, pueden mandar 4 jugadores al rebote de ataque, incluso a los 5. Esta misma organización podría realizarla contra equipos que no corren nunca el contraataque.
En cualquier situación de juego los reboteadores tienen que estar dispuestos a rebotear realizando uno, dos, tres y cuantos esfuerzos sean necesarios para luchar por el rebote. No siempre lo lograrán pero pueden conseguir palmear el balón a un compañero libre, palmear el balón fuera de la zona para iniciar un nuevo ataque o en el peor de los casos, tocarlo para mantenerlo vivo o quitarlo de las manos del defensor, dificultando y retrasando su posible contraataque.
Rebote ofensivo de equipo en el tiro libre en el baloncesto
Al contrario que en un tiro de campo, donde los jugadores pueden estar en diferentes posiciones y espacios, la organización del rebote en un tiro libre es constante y fija.
Las posiciones defensivas y ofensivas están determinadas por las reglas del juego las cuales proporcionan al equipo defensor las dos posiciones más cercanas a la canasta (mejor posición para mantener la posición interior) y al equipo ofensivo las dos siguientes posiciones.
Debemos tener en cuenta varios detalles importantes relacionados con el reglamento:
1. Respecto al tirador:
1) Dispone de cinco segundos para lanzar desde el momento en que el árbitro pone el balón en sus manos.
2) No puede fintar el tiro.
3) No puede pisar la línea de tiro libre ni entrar al rebote hasta que el balón haya entrado en la canasta o haya tocado el aro.
2. Los jugadores situados en el pasillo de tiros libres:
1) No pueden distraer al tirador con sus acciones.
2) No pueden dejar su posición en el pasillo de tiros libres hasta que el balón haya abandonado las manos del lanzador.
3. Los jugadores no situados en el pasillo de tiros libres tienen que permanecer detrás del tiro libre (y de su prolongación) y detrás de la línea de tres puntos hasta que el tiro libre finalice.
Además de tener en cuenta las reglas del juego tenemos que saber que la mayoría de los tiros libres fallados caen dentro de la zona y cerca de la canasta. Esto es debido por el hecho de que el tiro libre es un lanzamiento suave con un arco limitado y su rotación hacia atrás o «spin» es amortiguado al contactar con el aro o con el tablero.
La formación del triángulo de rebote visto anteriormente es muy aplicable a ésta situación. Dicho triángulo debería formarse más cerca de la canasta tras un tiro libre que tras un tiro de campo normal.
En principio, los defensores ocupan las posiciones interiores lo que no garantiza que cogerán el rebote ya que pueden fallar en el bloqueo del rebote, en su técnica, o pueden relajarse por ésa teórica ventaja que tienen y no ponen la suficiente concentración en bloquear al atacante.
¿Qué podemos hacer para capturarlo?
Lo primero de todo es colocar a nuestros dos mejores reboteadores en las posiciones asignadas para el rebote. Siempre que se pueda y si la defensa no se percata, trataremos que nuestro reboteador más físico salte en el lado del peor reboteador.
Su visión tiene que estar puesta en el lanzador. En cuanto ve a que el balón sale de sus manos deberá hacer lo siguiente:
1. Extender su brazo y pierna más cercana al defensor intentando anticiparse a la defensa.
1) Si lo consiguen, habrán conquistado la posición interior y estarán por delante del defensor.
2) Si no lo consiguen, pero se quedan en un lado del defensor, pondrán mucha fuerza en intentar sacarle de una buena posición utilizando el hombro.
3) Si se quedan bloqueados, intentarán poner presión sobre la espalda del bloqueador tratando de meterle un poco bajo el aro, sin empujar, esperando que un rechace largo pase por encima del defensor y pueda capturarlo.
2. Fintar que quiere ir a la línea de fondo y seguidamente salir hacia el centro.
3. Fintar que quieren ir al centro y seguidamente salir hacia la línea de fondo.
Una opción táctica que se puede realizar, es la de usar un bloqueo entre los dos implicados en el rebote. En cuanto el balón sale de las manos del tirador, el atacante 5 corre a poner un bloqueo sobre el defensor de 4, realizando a continuación un reverso que le deje por delante de él y le proporcione la posición interior. El atacante 4 quedará libre para ir a la canasta si los defensores no cambian. Si lo hacen, el atacante 5 estará por delante del defensor 4.
Pueden darse situaciones de rebote donde los atacantes no logren ganar la posición interior ni capturar el balón pero pueden conseguir palmear el balón a un compañero libre, palmear el balón fuera de la zona para iniciar un nuevo ataque o en el peor de los casos, tocarlo para mantenerlo vivo o quitarlo de las manos del defensor, dificultando y retrasando su posible contraataque.
En cualquier caso, los reboteadores en ataque tienen que estar dispuestos a rebotear realizando uno, dos, tres y cuantos esfuerzos sean necesarios para luchar por el rebote.
Rebote ofensivo de equipo en el contraataque en el baloncesto
El rebote ofensivo es un arma importante en el juego de contraataque. Se deben aprovechar los tiros rápidos que se van a realizar cuando se corre el contraataque, para ir fuerte al rebote. En estas acciones, la defensa suele bajar con pocos defensores, desorganizada y por tanto poco preparada para cerrar el rebote defensivo.
Es una situación donde se pueden tomar mayores riesgos enviando más jugadores al rebote de lo que se suele hacer, dado que se tienen grandes probabilidades de conseguir una segunda oportunidad de anotar, o una nueva posesión, entrando en carrera desde el perímetro.
Este trabajo de rebotear en carrera dará a los tiradores mayor confianza para tirar rápido y sin presión.
Rebote ofensivo de equipo contra defensas zonales
También es un arma importante en el ataque contra la zona. Son muchos los que piensan que al defender en zona y tener muchos defensores en torno a la canasta, hay más posibilidades de dominar el rebote pero es un grave error.
Las defensas en zona, contrariamente a lo que hace la individual, van a defender un área del campo y a cualquier atacante que entre en ella. Sus desplazamientos se van a producir en función del movimiento del balón, sin tener en cuenta los de un atacante en concreto. Ello hace que cuando se produzca un tiro, contrariamente a lo que sucede en una defensa individual, no exista una responsabilidad individual de bloquear a nadie, permitiendo que el ataque tenga espacios libres para entrar al rebote ofensivo, sin que nadie se interponga en su camino.
Es muy común ver a dos atacantes entrar en la zona de responsabilidad de un defensor buscando conseguir el rebote de ataque mientras este no puede impedirlo al ser incapaz de bloquear a ambos.
Esta debilidad de las defensas zonales hace que el rebote ofensivo sea fundamental en el ataque contra estas defensas.
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