Cuando hablamos de las defensas zonales en medio campo decíamos que podían actuar de manera diferente según fuesen agresivas o no.
Las zonas tradicionales se caracterizan por comenzar su actividad defensiva cuando el balón llega a áreas donde se considera que es un peligro para la defensa (cerca de la línea de tres puntos).
En función de las cualidades de los defensores y del objetivo de la defensa, todas las zonas tradicionales pueden tener diferentes distribuciones: 2-3, 1-2-2, 3-2 y 1-3-1.
La zona 2-3 es perfecta para un equipo con un jugador muy alto que sufre en situaciones de 1×1. Es efectiva contra equipos que anotan muchos de sus puntos cerca de la canasta mediante penetraciones, tiros interiores y juego en el poste bajo.
La zona 1-2-2 se adapta a un equipo rápido y de talla muy similar. Es efectiva para frenar a equipos con buen tiro exterior pero que no tienen un juego interior fuerte.
La zona 3-2 se ajusta a un equipo que tiene un alero alto, rápido y con envergadura, o a un 4 grande y rápido. Es una buena defensa contra un equipo con buen tiro exterior pero que no son fuertes en el interior.
La zona 1-3-1 es perfecta para un equipo con jugadores de talla alta y con envergadura. Es efectiva para defender a equipos que buscan mucho la penetración frontal, que juegan con frecuencia con el poste alto o que tienen malos pasadores.
En definitiva, las defensas zonales tradicionales que vamos a ver son las siguientes:
1. Zona 2-3
2. Zona 1-2-2
3. Zona 3-2
4. Zona 1-3-1
Para desarrollar estos tipos de defensas necesitamos dominar los fundamentos defensivos que aprendemos entrenando la defensa individual. Sin estos, ninguna táctica defensiva puede funcionar.